NO VOLVERÉ A SER JOVEN
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
—como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
—envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma: Poemas póstumos.
Que reiteración más cansina hablar de la muerte con desconsuelo- Ay que me muero!. Hasta yo estrené este mismo blog hablando de la muerte en dirección obligatoria... Quizá el final del fatalismo esté en la humildad, en sustituir honor por humor, en asumir que somos iguales a nuestros domingueros vecinos... que cagamos igual, nos enamoramos igual, la ignorancia nos persigue igual... y que torpes, sin glamour y repletos de miedos... moriremos igual, ¿donde estaría entonces el drama?.
Lo mejor sea quizás morirse de risa, que además de gratis es mucho más gracioso (valga por humor la redundancia), o morirse empalmado como canta Javier Krahe y que no se pueda cerrar el ataúd: "Nadie fue al funeral, nadie llevó una flor, nadie fue al cementerio y hasta escandalizó al mismo enterrador que dijo: -'Esto no es serio'."
Lo mejor será quizás tomarse con humor la censura del cigarrillo del poeta de esta misma ilustración (me olvidé que el tabaco no es educativo, ni el alcohol, ni un humano desnudo,...), aunque desde mi humilde consejo el cigarrillo marcaba el carácter autodestructivo y rebelde del poeta, importante para entender y realizar bien el comentario de texto requerido en el libro; pero eso sería ilustrar al alumno... ¡casi trampas!.
O descubrir que Esperanza Aguirre y la fotógrafa Ouka Lele son sobrinas de Gil de Biedma y con ello primas entre si y la paradoja que todo eso conlleva... JUA JUA JUA ...¡Ups...cuidado que me muero!.
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